1. Porque ningún hombre que se vista por los pies puede renunciar de adulto a los colores que le hicieron feliz en la infancia. Hacerlo sería una traición que atenta contra la propia idiosincrasia, contra la única memoria histórica que vale la pena, contra la tradición de uno mismo… Sería como matar al padre en cuanto se hace evidente su decadencia. De hecho, sería peor.
2. Porque de este modo mantendremos la autoridad moral para oponernos frontalmente al secuestro de la entidad perpetrado por Florentino Pérez y sus esbirros, y a su traición a los valores que deben regir en un club deportivo mítico: Fraternidad, ejemplaridad, responsabilidad, rigor, generosidad, elegancia, sobriedad, pluralidad, tolerancia, serenidad …
3. Porque ahora más que nunca es necesario marcar distancias con esa cosa tan chic, tan de moda, tan perfecta, tan rutilante, tan sectaria, tan pancista y tan dogmática llamada F.C.Barcelona. Tomemos conciencia de que el Barça puede ser Radiohead pero el Madrid aún es The Beatles. Ellos pueden parecer hoy George Clooney pero nosotros nunca dejaremos de ser Paul Newman.
4. Por Xabi Alonso! Y por el Pipita Higuaín, ese chico de nuestra cantera sentimental. La que de verdad importa: la televisada en directo desde el primer día.
5. Por Vicente del Bosque y todo lo que representa como madridista, deportista y ciudadano.
6. Por los regates y la verruga de Amancio. Por la cabeza y el riñón de menos de Santillana. Por la rosca y el flequillo de Míchel. Por la bonhomía de Miguel Muñoz. Por el bigote de García Remón. Por la barriga y el cañón de Puskas. Por el ángel de Casillas. Por las chilenas mexicanas de Hugo Sánchez. Por la mujer de Van der Vaart. Por las fotos de Gento rodeado de Copas. Por las cicatrices de Sanchis. Por la clase displicente de Velázquez. Por la panadería en Betanzos de Buyo. Por los genes de Zidane. Por la gorra descolorida de Ricardo Zamora. Por las ojeras y la presión indesmayable de Zamorano. Por el legendario empalme de Butragueño. Por la voz inolvidable de Roberto Carlos. Por lo bien que suena el nombre de Raimundo Saporta. Por las agallas y la licenciatura en Medicina de Pirri. Por la chepa de Michel Salgado. Por la militancia irredenta de Guti y sus mil noches en Buddha. Por las fotos palomiteras de Miguel Ángel. Por el modo de mascar chicle de Mijatovic. Por las manos en jarra y los ataques de cólera de Fernando Hierro. Por el diminutivo de Juanito. Por la sonrisa irresistible de Beckham. Por la inolvidable contribución de Juan José a la leyenda de Maradona. Por todo lo que han hecho Chendo y Camacho por la España profunda sin pretenderlo. Por Kopa y su apellido talismán. Por la melena y la fragancia de Redondo. Por el gol de Lasa desde su campo. Por Lozano, Aldana, Aragón, Sandro o la melancolía de lo que pudo haber sido y no fue. Por el acento de Molowny. Por el Valdano de 1994. Por la astucia pionera de Santiago Bernabéu. Por los seis dedos del pie izquierdo de Raúl. Por la leyenda épica y propulsora de un señor que ya era viejo de joven: Alfredo Di Stéfano.
7. Porque aún puede (y debe) volver a ser un club universal, integrador y cosmopolita que se enorgullece de representar a un país incluyente y tolerante. Un club que nunca ha pretendido pasar por ejército desarmado de ningún territorio ni ser utilizado como vehículo para salvapatrias atrincherados.
8. Porque el principal rival de la ciudad tiene una personalidad histórica tan disparatada, tan histriónica y tan afligida que no puede evitar ponerse a sí mismo una y otra vez en una situación perfecta para el recochineo generalizado del madridismo. Un vecino balsámico. Un consolador siempre lubricado.
9. Por agradecimiento eterno a los entrañables Sabido, Metgod, Spasic, Villarroya, Freddy Rincón, Secretario, Perica Ognjenovic, Prosinecki, Fernando Sanz, Woodgate, Drenthe o Faubert. Futbolistas inolvidables que animaron cientos de tertulias, provocaron millones de carcajadas y agudizaron el ingenio malévolo de madridistas de todo el mundo.
10. Porque a pesar de goleadas humillantes, una prensa adicta bananera y una sucesión insoportable de presidentes indignos, todavía no se ha creado el club que puede competir en CARISMA con el Real Madrid C.F.
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