lunes, 16 de agosto de 2010

Wittgenstein, intocable y definitivo


La mayor parte de las proposiciones e interrogantes que se han escrito sobre cuestiones filosóficas no son falsas, sino absurdas. De ahí que no podamos dar respuesta en absoluto a interrogantes de este tipo, sino sólo constatar su condición de absurdos. La mayor parte de los interrogantes y proposiciones de los filósofos estriban en nuestra falta de comprensión de nuestra lógica lingüística.

Ludwig
Josef Johann Wittgenstein
Tractatus logico-philosophicus

Me cae bien Wittgenstein. Un multimillonario austríaco que renunció a su fortuna, estudió con Hitler, fue héroe de guerra, arquitecto modernista, maestro rural, diseñador del primer avión a reacción y homosexual profundamente homófobo.
Un tipo seguro de sí mismo, además. Esto escribía en la introducción a su obra cumbre, el famoso Tractatus:

La verdad de los pensamientos aquí comunicados me parece, en cambio, intocable y definitiva. Soy, pues, de la opinión de haber solucionado definitivamente, en lo esencial, los problemas.

Gracias Witt. I mean it. Ahora sabemos que no hay proposiciones filosóficas que describan las naturalezas esenciales de las cosas, o la estructura metafísica del mundo. Según el Tractatus la filosofía no es una ciencia, ni entra en competición con las ciencias. No es la acumulación de conocimiento sobre una materia. Su única función es vigilar los límites del sentido, elucidar proposiciones filosóficamente problemáticas, y mostrar la futilidad de los intentos de traspasar los límites del sentido.
Me excita.
Gracias Witt.

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