martes, 7 de septiembre de 2010

Palabra de Dios

Un escritor mexicano del que no conozco más que el nombre -Ignacio Padilla- dice que la primera frase de una novela la escribe Dios.
Ciertamente Dios estaba en forma cuando escribió estas extraordinarias primeras frases:

Aún no ha empezado la batalla y la nieve huele a sangre. (Lo que se de los vampiros-Francisco Casavella)
En un atardecer muy caluroso de principios de julio un joven salió de la buhardilla que tenía alquilada en el pasadizo Stoliarny y se encaminó a paso lento y un tanto irresoluto hacia el puente Kamenny. (Crimen y Castigo-F.M.Dostoyevski)
Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.( La Metamorfosis-Franz Kafka)
Gilgamesh, dos tercios dios, un tercio hombre, vivía en Erech. (El libro de los Santos- Jorge Luis Borges)
El día había transcurrido del modo que suelen transcurrir estos días; lo había malbaratado, lo había consumido suavemente con mi manera primitiva y extraña de vivir. (El lobo estepario-Hermann Hesse)
Cuando yo tenía seis años vi una vez una lámina magnífica en un libro sobre el Bosque Virgen que se llamaba "historias vividas" (El Principito- Antoine de Saint-Exupery)
Dicen que cuando en Nueva York son las tres de la tarde,en Europa son las nueve de diez años antes. (Historias de Nueva York-Enric González)
Siempre se pinchaba a la luz del televisor. (América-James Ellroy)
Mientras Moshe trataba de apretar,suavemente, las mullidas esposas que aprisionaban las muñecas de su novia,notó que ella fruncía levemente el ceño. (Política-Adam Thirlwell)
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. (Historia de dos ciudades-Charles Dickens)
Era un día luminoso y frío de abril, y en los relojes daban las trece. (1984-George Orwell)
No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola. (Corazón tan blanco-Javier Marías)

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