miércoles, 5 de enero de 2011

El Pope

Mi candidato eterno para Premio Nobel de literatura cinematográfica es Roger Ebert. Sin duda uno de los mejores periodistas vivos y una personalidad absolutamente ineludible para entender el Hollywood de los últimos 40 años.
Ebert es crítico de cine. El crítico de cine. Publica semanalmente sus crónicas en el Chicago Sun-Times y cada una de ellas es una pieza antológica que combina pasión por el cine, un conocimiento enciclopédico de la industria y un talento asombroso para dotar a sus textos de un filo irónico y socarrón que enorgullecería a Ambrose Bierce. Da un poco de rabia que su figura haya alcanzado tal grado de notoriedad que hoy tengamos que leerle pontificar desde un formato web tan apestosamente main-stream como este, aunque acepto que se me está poniendo tan dura la pasta de las gafas que cualquier día me sorprenderé renegando hasta de Ryan Schreiber. El caso es que más allá de que Ebert se haya convertido en un pope demasiado consciente de su poder e influencia, me sigue pareciendo un ejemplo de lo que el periodismo a cualquier nivel debería ser. Y una muestra más (y van..) de que la mayoría de los grandes escritores de estos tiempos escriben de todo menos ficción.
Hace unos meses la editorial Ma non troppo publicó en España una colección de sus críticas más perversas bajo el título (tramposo) de "Las peores películas de la historia". En realidad se trata de la compilación en un volumen de sus libros "Your movie sucks" y "I Hated, hated this movie", títulos que, en su sutileza, definen la idiosincrasia de su autor.
Aunque la traducción al castellano del texto original hace del traductor de Google un prodigio de precisión, quiero rendir mi modesto homenaje al gran Ebert reproduciendo algunas de las más descacharrantes muestras de su ingenio.

Sobre Armageddon
Tambaléandome al salir del cine, una vez acabada la terrible prueba, me encontré con un enorme póster recién impreso lleno de citas de propaganda barata."Destruirá sus sentidos", nos dice David Gillin, que está claro que escribe por experiencia propia."Le dejará sin aire en los pulmones", promete Diane Kaminsky. Si lo hiciera, podríamos considerarlo un asesinato piadoso.

Sobre Anónimos
Bob Dylan ocupa el escenario, con un par de trajes tomados del armario de "Dictador Fanfarrón". Alarmantemente delgado, se deja caer sobre sillas en posturas que un cámara agradecido le habría convencido que evitara. Mientras todos los que le rodean hacen verdaderos esfuerzos por actuar lo mejor que saben; él nunca dice más que una frase cada vez, y sus comentarios nos recuerdan de manera sospechosa al lenguaje y a la filosofía de las galletas de la fortuna chinas.

Sobre Barridos por la marea
Barridos por la marea es una película sobre una isla desierta durante la cual deseé desesperadamente que los personajes hubiesen elegido una película que llevarse en caso de perderse en una isla desierta y que nos la mostraran en lugar de ésta.

Sobre Amigos y amantes
Frecuentemente me pregunto: "¿Qué sensación tendríamos si los personajes de una película fueran marionetas animadas por extraterrestres que no dominaran el comportamiento humano?" Ahora ya conozco la respuesta.

Sobre Catwoman
El director, que se hace llamar Pitof, probablemente recibiera dos nombres al nacer. Sería de sabios que utilizara el otro para su próximo proyecto.

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